domingo, 27 de abril de 2008

DESDE MI BALCON LO VEO

Sucede que yo, Marteen le Chiwí, soy oriundo del glorioso arrabal de Avellaneda. Y como me tira el pago, elijo arbitrariamente esta pequeña referencia antes de compartir una breve y surrealista pieza teatral de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca: cuentan los que saben que el poeta andaluz, que vivió en Buenos Aires entre 1933 y 1934, conocía mi suburbio. Existe la creencia de que ha dormido dos noches en los altos del muy antiguo almacén y despacho de bebidas de un tal Luciano Sosa, en la avenida Mitre esquina 12 de Octubre, en la entrada misma del barrio de Crucesita, allí donde tiempo después, hacia el ’48, tres españoles instalaron un café que se llamó “Bar García Lorca”. El gallego mandamás de aquella fonda -se dice- era apodado “Falsa Escuadra” por la barra (esto no aporta nada sobre Lorca, pero me parece un dato simpático). El bar cerró en 1998, cien años después del nacimiento del poeta y -hablen de esto con “Horangel”- el día del aniversario de su fusilamiento.

La alcoba con balconcito de hierro forjado, con vista a la calle 12 de Octubre, permitía cultivar la fantasía del duende de Federico apareciendo por aquella ventanita que ya no existe: asomado allí yo lo imagino esta noche, lejos del pago, leyéndole a don Sosa esta obrita que escribiera en 1928.



EL PASEO DE BUSTER KEATON


PERSONAJES

BUSTER KEATON
EL GALLO
EL BUHO
UN NEGRO
UNA AMERICANA
UNA JOVEN


GALLO. Quiquiriquí.

(Sale Buster Keaton con sus cuatro hijos de la mano.)

BUSTER KEATON. ¡Pobres hijitos míos!

(Saca un puñal de madera y los mata.)

GALLO. Quiquiriquí.

BUSTER KEATON. (Contando los cuerpos en tierra.) Uno, dos, tres y cuatro.

(Coge una bicicleta y se va. Entre las viejas llantas de goma y bidones de gasolina, un negro come su sombrero de paja.)

BUSTER KEATON. ¡Qué hermosa tarde!

(Un loro revolotea en el cielo neutro.)

BUSTER KEATON. Da gusto pasear en bicicleta.
EL BÚHO. Chirri, chirri, chirri, chi.

BUSTER KEATON. ¡Qué bien cantan los pajarillos!

EL BÚHO. Chirrrrrrrrrrrr.

BUSTER KEATON. Es emocionante. (Pausa.)

(Buster Keaton cruza inefable los juncos y el campillo de centeno. El paisaje se achica entre las ruedas de la máquina. La bicicleta tiene una sola dimensión. Puede entrar en los libros y tenderse en el horno de pan. La bicicleta de Buster Keaton no tiene el sillón de caramelo, ni los pedales de azúcar, como quisieran los hombres malos. Es una bicicleta como todas, pero la única empapada de inocencia. Adán y Eva correrían asustados si vieran un vaso lleno de agua, y acariciarían en cambio la bicicleta de Keaton.)

BUSTER KEATON. ¡Ay amor, amor!

(Buster Keaton cae al suelo. La bicicleta se le escapa. Corre detrás de dos grandes mariposas grises. Va como loca, a medio milímetro del sueño.)

BUSTER KEATON. (Levantándose.) No quiero decir nada. ¿Qué voy a decir?

UNA VOZ. Tonto.

BUSTER KEATON. Bueno. (Sigue andando.)

(Sus ojos infinitos y tristes como los de una bestia recién nacida, sueñan lirios, ángeles y cinturones de seda. Sus ojos que son de culo de vaso. Sus ojos de niño tonto. Que son feísimos. Que son bellísimos. Sus ojos de avestruz. Sus ojos humanos en el equilibrio seguro de la melancolía. A lo lejos se ve Filadelfia. Los habitantes de esta urbe ya saben que el viejo poema de la máquina Singer puede circular entre las grandes rosas de los invernaderos, aunque no podrán comprender nunca, qué sutilísima diferencia poética existe entre una taza de té caliente y otra taza de té frío. A lo lejos, brilla Filadelfia.)

BUSTER KEATON. Esto es un jardín.

(Una Americana con los ojos de celuloide viene por la hierba.)

AMERICANA. Buenas tardes.

(Buster Keaton sonríe y mira en gros plan los zapatos de la dama. ¡Oh qué zapatos! No debemos admitir esos zapatos. Se necesitan las pieles de tres cocodrilos para hacerlos.)

BUSTER KEATON. Yo quisiera...

AMERICANA. ¿Tiene usted una espada adornada con hoja de mirto?

(Buster Keaton se encoge de hombros y levanta el pie derecho.)

AMERICANA. ¿Tiene usted un anillo con la piedra envenenada?

(Buster Keaton cierra lentamente los ojos y levanta el pie izquierdo.)

AMERICANA. ¿Pues entonces...?

(Cuatro serafines con las alas de gasa celeste, bailan entre las flores. Las señoritas de la ciudad tocan el piano como si montaran en bicicleta. El vals, la luna y las canoas, estremecen el precioso corazón de nuestro amigo. Con gran sorpresa de todos, el otoño ha invadido el jardín, como el agua al geométrico terrón de azúcar.)

BUSTER KEATON. (Suspirando.) Quisiera ser un cisne. Pero no puedo aunque quisiera. Porque ¿dónde dejaría mi sombrero? ¿Dónde mi cuello de pajaritas y mi corbata de moaré? ¡Qué desgracia!

(Una Joven, cintura de avispa y alto cucuné, viene montada en bicicleta. Tiene cabeza de ruiseñor.)

JOVEN. ¿A quién tengo el honor de saludar?

BUSTER KEATON. (Con una reverencia.) A Buster Keaton.

(La joven se desmaya y cae de la bicicleta. Sus piernas a listas tiemblan en el césped como dos cebras agonizantes. Un gramófono decía en mil espectáculos a la vez: “En América, no hay ruiseñores”.)

BUSTER KEATON. (Arrodillándose.) Señorita Eleonora, ¡perdóneme que yo no he sido! ¡Señorita! (Bajo.) ¡Señorita! (Más bajo.) ¡Señorita! (La besa.)

(En el horizonte de Filadelfia luce la estrella rutilante de los policías.)

M. le Ch.

INDIO VICIOSO


ZARPAC EL INCAICO TOCO FONDO, CHE... SE HIZO ADICTO AL RASGUEO DE TELARES BICOLORES Y ANDA OLIENDO, LANZA EN MANO, KILOMETROS Y KILOMETROS DE AUTENTICA LANA OVINA. NI LA AMENAZA SINIESTRA DE MOMIFICARLO PUDO PARAR SU ADICCION…

PROGRESISMO Y GLAMOUR

UBALDO D´AMBRUNA: PLAYMOBIL, EMPRESARIO Y COLECCIONISTA DE FERETROS. CREADOR DE LAS FIESTAS "LIPOZOO", DONDE UNA SELECCION DE LAS MEJORES EMPLEADAS DE LA AFIP MAYORES DE 65 AÑOS SE BAÑAN DESNUDAS EN UNA PILETA LLENA DE CAÑA PARAGUAYA. EN FIN, UN LABURANTE DEL GLAMOUR, UN REPOSTERO DE "LA DOLCE VITA", Y UN FERVIENTE LUCHADOR CONTRA LA DISCRIMINACION A LAS GORDITAS Y LAS VIEJAS...BAH, UN TIPAZO.

HIJITO QUERIDO

NENE:
LIMPIA LA ESCAFANDRA
CON TIO JONATHAN ADENTRO
(Y DEJALO SER BUZO TACTICO EN SUEÑOS)
ACOMODA DE DERECHA A IZQUIERDA
Y VICEVERSA
LOS MINILIBRITOS DE LE CHIWI
ESCRITOS CON FULGOR EN TURCO NÓMADE
AH, TENES CARNAZA DE OCELOTE
EN EL FRISER
Y BUEN VINO ETRUSCO
(POSTRE NO HAY)
CERRA BIEN LAS ESCOTILLAS AL SALIR
Y NO TE FUMES
LAS ORQUIDEAS ENTRELAZADAS
EN LA PARED VECINA
BESOS...
MAMA

E.P.O.

domingo, 13 de abril de 2008

ARPONAZO AL CUORE

PERSECUTA (1977) – ASTOR PIAZZOLLA. Cuentan que “el más grande músico que haya dado este país”, según Luis Alberto Spinetta (palabra más o menos autorizada, ¿no?) gozaba, además de hacer hablar al fuelle, de la caza de tiburones en su Mardel natal. No sé ni me interesa si tenía tanta puntería con esos bichos, pero en cuanto a transformar la música de una ciudad, y para siempre, dió en el blanco seguro.

Don Astor dejó una pila enorme de discos, para ver si de una vez por todas se sacan la acumulada cera de los oídos algunos “tangueros de ley” (vaya si detesto ese término: ¿hay leyes para la música? porque si es así estamos jodidos, che). Un niño que recibía el aliento de Carlos Gardel, cuando el Mudo visitaba a los Piazzolla en Nueva York (raviolada casera mediante) o a quien el mismísimo Pichuco cuasi-echó de su orquesta “porque ya no puedo enseñarle más nada, pibe” poco tendría que explicar su obra a ciertos amargados atados con alambre al farolito, la mina que se fué ó el barrio que ya no es…

Grabado en Milán, uno de mis trabajos preferidos es “Persecuta” (alguna vez editado como “Piazzolla ´77”). A ese bandoneón a veces demoledor, otras angustiante, lo acompañan sutiles flautas, violines, cellos y violas (erizan la piel “Windy”, tema dedicado a su perra, y “Canto y Fuga”) bajos, guitarras, batería, piano… y hasta un Hammond! (atenti a “Cité Tango”), todo con unos arreglos y una dirección orquestal digna de un G-E-N-I-O (léanlo así, carcamanes, así, bien grande).

Siete piezas de modernidad pura, viejo, y casi 30 años antes que Bajo Fondo, Tanguetto, o cualquier mezcla electrónica para turistas que ande por ahí con olor a Oscar Santaolalla.

Sugerencias para su escucha: Párese en medio de la 9 de Julio de cara al Obelisco, vea pasar autos y colectivos de un lado y otro, la gente apurada, los carteles, todo. Luego imagine la situación en silencio, póngale PLAY a este disco y ahí tiene: la banda de sonido adecuada para esa gran película diaria que es Buenos Aires.

E.P.O.

OTRA QUE "DIRÉC-TIVÍ"


CHELA, LA PAPA TRANSGENICA, SE PRESTA AL JUEGO DE DAR SEÑAL DE TV CON DOS AGUJAS DE TEJER EN SU CABEZA...PERO GUAY DE QUE QUIERAS CAMBIAR DE CANAL Y SACAR DE PANTALLA SU PROGRAMA FAVORITO "LAS MANOS MAGICAS"

YO QUIERO MI GARROTE

Marx (Carlitos) decía en su libro El 18 brumario de Luis Bonaparte que, tal como sostenía Hegel, los grandes hechos y personajes de la historia universal se producen dos veces. Pero el agrega un detalle: la historia se repite una vez como tragedia, y luego como farsa.

En 1929 el mundo se sumía en una profunda crisis “global” que en este tiempo parece resurgir. En estos días también, el político Al Gore (devenido ecologista, como Echarri y Pergolini) denuncia en su documental Una verdad incómoda cómo el hombre está modificando el clima del planeta, generando el caldo de cultivo para una gran catástrofe de consecuencias apocalípticas, que no excluye su propia destrucción. En aquellos años finales de la década del ‘20, quizás menos glamorosos, Freud redactaba su célebre y atrapante ensayo El malestar en la cultura. Cuando me siento en las mesas de café con mis amigos (y tomando el recaudo de no tener ningún entendido en la materia a menos de 10 metros) suelo hacer esta sinopsis de almacén sobre el inspirado artículo: Freud decía que si por nuestros instintos primordiales fuera, nos pasaríamos los días como perros salvajes tratando de estar con todas las minas y, además, mirándonos con recelo y matándonos a palos entre nosotros. La “cultura” viene a poner un freno a esas pulsiones, a salir de garante del orden en la “civilización”. La cuestión decisiva para el destino de la especie humana -plantea Freud- pasa por saber si el desarrollo cultural logrará (y en caso afirmativo en qué medida) dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de autodestrucción y aniquilamiento.

Hoy que vuelve el frío de una vez por todas (en los lugares "serios" de la Tierra debe hacer frío), vuelvo yo a este texto que ya tengo todo subrayado (a esta altura el resumen -lo no subrayado- abarca un par de nexos coordinantes y alguna que otra nota al pie). Transcribo algún fragmento, con la esperanza fervorosa de despertar en alguien las ganas de leerlo entero.

“Puesto que la cultura impone tantos sacrificios no sólo a la sexualidad, sino a la inclinación agresiva del ser humano, comprendemos mejor que los hombres difícilmente se sientan dichosos dentro de ella. De hecho, al hombre primordial las cosas le iban mejor, pues no conocía limitación alguna en lo pulsional. En compensación, era ínfima su seguridad de gozar mucho tiempo de semejante dicha. El hombre culto ha cambiado un trozo de posibilidad de dicha por un trozo de seguridad.”

“La existencia de esta inclinación agresiva que podemos registrar en nosotros mismos y con derecho presuponemos en los demás es el factor que perturba nuestros vínculos con el prójimo y que compele a la cultura a realizar su gasto (de energía). A raíz de esta hostilidad primaria y recíproca de los seres humanos, la sociedad culta se encuentra bajo una permanente amenaza de disolución. El interés de la comunidad de trabajo no la mantendría cohesionada; en efecto, las pasiones que vienen de lo pulsional son más fuertes que unos intereses racionales. La cultura tiene que movilizarlo todo para poner límites a las pulsiones agresivas de los seres humanos, para sofrenar mediante formaciones psíquicas reactivas sus exteriorizaciones. De ahí el recurso a métodos destinados a impulsarlos hacia identificaciones y vínculos amorosos de meta inhibida; de ahí la limitación de la vida sexual y de ahí, también, el mandamiento ideal de amar al prójimo como a sí mismo, que en la realidad efectiva sólo se justifica por el lado de que nada contraría más a la naturaleza humana originaria. Pero con todos sus empeños, este afán cultural no ha conseguido gran cosa hasta ahora. La cultura espera prevenir los excesos más groseros de la fuerza bruta arrogándose el derecho de ejercer ella misma una violencia sobre los criminales, pero la ley no alcanza a las exteriorizaciones más cautelosas y refinadas de la agresión humana.”

Un gran poeta, dice Freud, puede permitirse expresar, al menos en broma, verdades psicológicas muy mal vistas. Así, en Gedanken und Einfälle, Heine confiesa: “Yo tengo las intenciones más pacíficas. Mis deseos son: una modesta choza con techo de paja, pero un buen lecho, buena comida, leche y pan muy frescos; frente a la ventana, flores, y algunos hermosos árboles a mi puerta; y si el buen Dios quiere hacerme completamente dichoso, que me dé la alegría de que de esos árboles cuelguen seis o siete de mis enemigos. De todo corazón les perdonaré, muertos, todas las iniquidades que me hicieron en vida…sí: uno debe perdonar a sus enemigos, pero no antes de que sean ahorcados.”


M. le Ch.

MIRALO AL VIEJO

EL RETRATO FANTASMA DEL ABUELO PETER, ANSIOSO POR SALIR DE ESE CUADRO ASFIXIANTE, SE REBELO A LAS LEYES DE LA LOGICA Y, CONTRARIANDO A LOS QUE LO ACUSABAN DE TACAÑO, SE MANDO HACER UN BUEN PAR DE OJOS CON RAYOS GAMMA...